Este libro llegó a mis manos por la recién inaugurada biblioteca de mi oficina, tiene títulos muy atractivos y entre ellos vi este que ya me lo habían sugerido para hacer la reseña en mi blog, así que de inmediato lo renté.
No lo voy a negar, el principio es difícil, estamos
hablando de los años 20´s en Bangu, Río de Janeiro, Brasil, que ya en sí está
lejos de mi realidad, pero la dureza con la que se enfrenta la pobreza y la
falta de herramientas emocionales en todo su entorno es en momentos, difícil de
creer.
Nuestro protagonista es Zezé, un niño de 5 años, que vive
muy solo y bastante incomprendido, es el penúltimo de entre varios hermanos,
pero es claro en destacar la dulzura con la que lo trata Gloria y el amor que
le tiene a su hermano pequeño el rey Luis, su mejor amigo llega a ser su árbol
de naranja lima, con él juega y vive muchas aventuras de vaqueros.
Es un libro que mucho tiene de auto biográfico, y esto
ayuda a darle verosimilitud al relato, porque muchas veces es difícil creer
todo lo que le dicen al niño, respecto a su maldad, y también al nivel de
golpes que recibe constantemente, le dicen que para él en navidad nace el niño
diablo y no el niño Dios, y que por eso no recibe regalos de navidad.
La primera mitad del libro me pareció demasiado dura y
difícil de aceptar, pero todo cambió cuando sale a escena su amigo Portuga, puedes
sentir cómo a través de sus ojos llorosos siente empatía y dolor, y hace lo más
que puede por cuidarlo y salvarlo de situaciones realmente duras.
Tengo que confesarte que me aventé la última tercera
parte del libro en un Starbucks en el que no dejé de llorar ni un momento, no
podía con la ternura y al mismo tiempo con la impotencia que Portuga actuaba. La
carta del final acabó de romper mi llanto, ver que esa persona existió en la
realidad me hace pensar que hay gente buena y que llega cuando más lo
necesitamos.
Ahora va mi calificación, y sí lo recomiendo.
Es original y verosímil, y cuando dudas que alguien puede
ser tan cruel con un niño recuerdas que es bibliográfico, y lo hace aún más
desgarrador.
El nudo es contundente y totalmente enternecedor, el
final es muy suave y te quedas esperando más, pero después del final del relato
hay una carta que me hizo soltar a moco tendido la emoción.
La narración no es sencilla, a pesar de que es rápida y
muy visual me tardé un rato en engancharme.
**** 4 estrellas