Estoy
maravillada con este autor, es el segundo libro que leo de él y aunque los temas
no son nada parecidos se impone su inteligencia, narra con magistralidad
ocultado en la inocencia de su narrativa y confiando en la agudeza del lector.
Este
libro trata de Tochtli, hijo de un narcotraficante (Yolcaut) al que le dan todo
lo que le es posible a su padre menos la libertad, vive en una mansión
(madriguera) rodeado de empleados (jardineros, prostitutas, maestros) que a la
vez son sus amigos, y ahí cumple todos sus raros deseos, como sombreros de todo
tipo, hipopótamos enanos de liberia… es un niño astuto y también aparentemente
enfermo, que muchas veces no entiende qué ocurre a su alrededor, las visitas de
políticos corruptos y las ausencias de personas que su padre provoca son
naturales para él.
Es
original hasta la pared de enfrente, fue editado en 2010 y es totalmente vigente,
viendo este mundo desde los ojos de un niño es interesante, porque si bien te
genera algo de empatía lo que logra es darnos perspectiva de cómo se vive en
esas cúpulas del poder.
Es
verosímil porque lamentablemente esta sigue siendo nuestra realidad, debe haber
muchos niños y adolescentes viviendo este mundo desde una realidad en la que todo
el dinero, el poder y el ser sanguinario es la cotidianidad, pone la piel
chinita pensar cómo será el futuro con estas personas que han crecido dentro de
una naturalidad
Es
sencillo, lo lees fácilmente por esta ingenuidad de la que está contado, no
necesita explicarte mucho, con el contexto en que vivimos tu puedes completar
los espacios en blanco y eso lo hace literariamente exquisito.
Todo
el libro es hilarante, divertido, escalofriantemente real, de esas veces que
ríes para no llorar.
Tiene
mis 5 estrellas y mi voluntad de leer todos los libros de este autor.