domingo, 9 de diciembre de 2018

El mundo


El mundo es la mejor carta del tarot; significa que lo tienes todo y no necesitas nada más, inclusive no tendrías ni por qué abrir las otras cartas. ¿Quieres?

No fui con ninguna espiritista, aunque las amo, era mi adorada psicóloga, que como ya se habrán acostumbrado a mis jugadas irónicas del destino, tiene lupus, no podría tener una psicóloga más perfecta para mí, es realista, simpática, empática, alivianada, muchas veces sufre lo mismo que yo, y lee el tarot ¿verdad que sí es lo máximo?

La historia por la que acabé allí esa semana fue de las más complicadas de la enfermedad, al día siguiente del alta de la cirugía de seno empecé con un endurecimiento severo y físicamente visible, acompañado claro, de mucho dolor. Pasé por lo mismo de siempre, el no creerme, el tanto dolor, diferentes opiniones…

Esa noche, hice algo entre rezar y gemir de dolor reclamando a Dios ¿qué más quieres de mi? Ya te llevaste todo, ¿qué quieres enseñarme? ¿qué no estoy viendo? ¿por qué no puedo tener una vida común? Solo tuve silencio, y de rato la llegada de David para abrazarme y platicar por horas hasta quedarnos dormidos.

Los días siguientes fueron algo mejores, pero esa sensación de dolor y de vacío seguía ahí, la desesperanza me dominaba, solo puse el piloto automático; seguí andando para no desmoronarme por completo, pero con una sensación de ya no poder más, de no querer escuchar a nadie más decirme que soy una guerrera y ahí sentada con mi psicóloga me dice, se dice que el tarot es el camino del guerrero y cuando terminas eres el mundo, porque ya lo pasaste todo y ya no necesitas más, la cabeza me hizo implosión, esa palabra que tanto me desespera ahora era algo hermoso.

Con el alma partida llegué ese miércoles a la oficina, pasó algo inesperado, una amenaza de secuestro, nos tuvo en tensión por al menos 6 horas, para mí las condiciones fueron nuevas y en el proceso tuve la oportunidad de conocer a un especialista en la materia, con los primeros datos que le di, leyó absolutamente la situación, para mí, no encajaba de manera precisa lo que me decía, sentía que faltaba información para definirlo como tal, le dije yo no creo que así sea, pero veamos. Siguió avanzando el incidente y pasó tal cual dijo, tengo que decir que en seguridad nos reímos de cosas que las demás personas no encontrarían la gracia nunca, pues en ese momento se rio burlonamente de mi y mi desconfianza inicial,  unos años atrás hubiera reclamado un poco defendido mis puntos, pero la Paulina de hoy, se quitó el sombrero y le dijo: que impresión ¿cómo lo supiste? Y le pedí que me enseñara más al respecto, yo creo que para el también fue sorpresiva mi reacción y la tomó muy bien, me comentó en ese momento algunos puntos para aprender y ofreció hacer un debrief del proceso, no perdí un segundo para preguntar si me podía enseñar a hacerlo y me dijo que sí, acto seguido pregunté a mi jefe y solo se rio porque ya sabe mi talón de Aquiles son los viajes, pero también sabe que me encanta aprender y esta era una gran oportunidad. Y bueno aquí estoy el día de hoy, en La Paz, un lugar en el que hace 13 años vine buscando a las ballenas para encontrar mi camino laboral, hoy vengo gracias a un trabajo que amo con locura y me hace sentir viva, útil e interesante, hoy llego en un momento en el que me estoy cuestionando temas mucho más importantes; necesitaba de una manera desesperada venir al mar, porque me cura y me hace conectar con su inmensidad y tocar la profundidad de mis emociones.

Antes de seguir con la playa me tengo que regresar un día, el jueves por la tarde tenía un taller de sanación a través de hipnosis, junto con mis nuevos amigos yoguis de la oficina, que son para mi una bocanada de frescura, tranquilidad y alegría. El lugar en sí era muy lindo, una terraza acogedora con una pantalla con mantras de flores en blanco y negro hipnotizantes, la tallerista Camila, luminosa y humilde, nos llevó a un paseo adentro de nosotros mismos en el que fácilmente me conecté, sentí mucho, como suele ser ahora que mi ser espiritual está mucho más despierto, hicimos también regresión de vidas pasadas, en la cual trataba de ligar mi dolor con algo que viera en esas vidas, y mi conclusión fue maravillosa: no necesito nada, exacto, por lo que lloraba el otro día con desesperación en sí ya es el regalo, Dios me ha quitado tanto porque ya no necesito nada, siento que necesito lo mínimo y lo demás lo traigo puesto: el amor, la felicidad, las personas, los viajes, los libros, los recuerdos, nada terrenal me resulta atractivo ahora, los compromisos, las cosas materiales, las obligaciones sociales, con esto no digo que no necesite nada, pero digamos que me cabe en maleta de cabina. Tampoco digo que con esto sea plenamente feliz, sigo enojada porque en mi maleta de cabina también va el dolor y la frustración de la enfermedad, las lágrimas y la desesperanza, pero como ya antes me han leído, este hermoso regalo es caro.

Hoy tuve la oportunidad de ir a nadar con el tiburón ballena, un must en la “bucket list” de muchas personas. De camino me quedé viendo el oleaje del mar, tan tranquilizante, tan inmenso, tan imponente, que siempre me regresa a mi centro, siempre regreso al mar para reencontrarme, para dejar de oír el ruido exterior y escucharme a mí misma, irónico que fuera otra vez en La Paz donde encontrara esta respuesta y precisamente esta paz que estaba buscando.

El guía nos avisa que hay un tiburón cerca, que nos preparemos para entrar al mar, entro al agua y estaba turbia, nado hacia el guía y wow la imponente presencia de un tiburón ballena a lado de mi, abriendo su enorme boca y comiendo, me paralizo por instantes, y recuerdo que no puedo estar tan cerca porque me puede golpear, trato de moverme y me toca con su aleta, que sensación más maravillosa, gracias Dios por regalarme este momento, este recuerdo, esta posibilidad de por trabajo estar en un lugar que una vez ya me regaló una brújula de vida y hoy me trae aquí mismo en una posición totalmente distinta. Cada vez con más confianza nadábamos junto a ellos, qué prodigio convivir así con la naturaleza, estar ahí y sentirte uno de los seres más afortunados del mundo, porque lo que necesitas es querer vivir esos momentos, es viajar ligero, es sentir que no necesitas nada, y que sí: ya eres el mundo, que tu enfermedad ha sido tu maestra y te ha llevado por caminos difíciles y escabrosos, que te ha quitado tanto, y que eso también es un regalo, vida te puedes llevar lo que quieras porque siempre obtengo algo más, me has enseñado que sí soy una guerrera que ha caminado todo el tarot y toda la enfermedad para hoy decir con el pecho lleno de orgullo que no necesito nada más de lo que tengo.

 

 




lunes, 29 de octubre de 2018

Catástrofe


La esclerodermia está dentro del grupo de enfermedades huérfanas, es decir que somos tan pocos los enfermos que está sola la enfermedad, el chistorete de los grupos de ayuda es que es porque la enfermedad no tiene madre, coincido más con eso. Aún no lo es, pero pretendemos que sea una enfermedad catastrófica y aquí los por qué.

Una enfermedad catastrófica no tiene cura, es crónica y degenerativa, eso no lo hace nada cercano a que todos tenemos la posibilidad de morir en cualquier momento. De antemano te pido disculpas por todo lo que voy a escribir, pero me siento con la necesidad de explicarte lo que yo considero que es la diferencia, así que desmenucemos esto:

No tiene cura, de por sí ya suena mal, pero bueno, puedes pensar que hay muchas otras enfermedades que no tiene cura, como la diabetes, o la ceguera, y que hay muchas personas que lidian con eso, y es verdad, a todo te acostumbras, depende de que tan grande sea el golpe y que tan fuerte seas, así toma tiempo para reponerte a la idea de que no hay cura, de que tendrás que cambiar tus hábitos, que nunca más verás tu paisaje favorito, que no podrás caminar, evalúas si eso que estás perdiendo era la esencia de tu vida, pero aunque no lo sea , toma tiempo levantarse, pero solo es tiempo.

Ahora, lo que creo que es lo peor de la enfermedad es que sea degenerativa, si bien el saber que no tiene cura es un golpe muy fuerte, este sería como una serie de golpes pequeños que te toman desprevenida y te mantienen en un estado de sorpresa. El que sea degenerativa implica que irás perdiendo funciones, en mi caso puede ser cualquier cosa, el enfoque de los ojos, la funcionalidad de tus dedos, la capacidad para respirar, la posibilidad de tragar sólidos, la forma de tu cara, la textura de tu piel, puede ser cualquier cosa entre la vida y la vanidad, y un golpe no quiere decir que sea peor que otro. No sé si me logre explicar pero a veces una perdida de vanidad es mucho peor que una de órgano, mi teoría es que con un daño orgánico dejas a los demás sin palabras, te entienden y no te piden más de lo que puedes dar, en cambio con una pérdida como de tu peso ideal por tanto uso de cortisona se te exige ser fuerte y fingir que eso no importa, que lo que importa es que estés bien, y no, no estás bien, estás perdiendo algo de ti, te estás convirtiendo en alguien con un dejo de abandono, como si tuvieras la obligación de estar agradecida por dejar de ser tú porque al menos estás viva; a una persona que tuvo un accidente y perdió las piernas no le puedes decir que eso no importa porque sobrevivió, no es fácil, y claro que hay personas que lo hacen y sacan lo mejor de si mismos por ese mismo hecho, solo siento que alguien con piernas no tiene el derecho de decirle a alguien que no las tiene que eso no importa, porque sí importa.

Ya sé que soy muy ácida y exigente con el mundo, discúlpame en verdad, solo te quiero compartir lo que me hacen sentir esos comentarios. He llegado al punto de que me siento celosa del cáncer, así de absurdo es que tengas este tipo de enfermedades, envidiar una enfermedad terrible, pero es que cuando dices cáncer no tienes que explicar de qué se trata, solo en dónde está, otra gran ventaja que envidio es que es una avalancha, es más fácil que sepas hasta con un porcentaje tus posibilidades de sobrevivir o morir, si decides luchar es algo terrible y devastador, pero al final sabes si tienes avances o retrocesos, si no quieres pasar por tantos doctores y medicamentos entonces te liberas, haces lo que quieres mientras puedes, y si te dieron 6 meses de vida y llegas al año ya le ganaste. Con esto no quiero decir que no me sepa mal lo que les pasa a las personas con esta terrible enfermedad, sino que están más adelantadas que las enfermedades auto inmunes, creo que los médicos y las farmacéuticas están trabajando muy duro para encontrar la cura, pero mientras no suceda eso, seremos como era el cáncer hace unas décadas, ahora escuchas que muchas personas tienen enfermedades autoinmunes, pero mientras no se sepa mucho más de ellas estaremos escuchando continuamente que se debe a que nosotros nos lo provocamos, o que no sabemos perdonar, que somos autodestructivos, que es la alimentación lo que nos va a matar a todos, que son bacterias, que todo está en la mente, cuando falta información esos vacíos se llenan con rumores, de esos que al menos a mí me duelen.

Y bueno, el último punto es crónica, lo más probable es que yo me muera de algo relacionado a eso, aunque como muchos dirían me puedo morir hoy mismo como cualquier otra persona, pragmáticamente mis posibilidades de morir están potenciadas.

El ser una enfermedad catastrófica engloba todo, aunque técnicamente la esclerodermia no está en esta clasificación, aún no se logra, porque si fuera así también tendríamos los beneficios, como estar dentro del cuadro de medicamentos obligatorios, o que se le prestara mayor atención, estamos en el punto en el que somos tan pocos que aún no tenemos peso.

Acabo de decir cosas terriblemente pesimistas, hasta mi confesión de que envido al cáncer, pero con este paquete de catástrofe viene un gran regalo, una vez que lo asimilas y dejas de pelear contra ella, se abre esta posibilidad, la de ser inmensamente feliz con lo que tienes, te liberas y te vuelves ligera, decides lo que realmente te hace feliz, no tienes tiempo suficiente para perderlo, y la mejor noticia es que como no es cáncer, no es devastador, y que sí, que inclusive tienes razón con eso que alguna vez pensaste, que podría vivir lo suficiente como para que exista la cura de la enfermedad, es verdad, ahora lo veo, aunque la verdad tampoco me importa, porque eso dejó de ser la brújula de mi vida, si hoy llegara el genio mi deseo ya no sería curarme, sino ser inmensamente feliz el tiempo que vaya a vivir, es el mejor regalo que puede tener cualquier persona, en cualquier circunstancia, pero cuesta trabajo entenderlo. Y aquí va otra confesión al respecto; ya te moviste de lugar y cambió tu perspectiva, ya no hay marcha atrás, la vida te dio el regalo de valorarla en su más profundo sentido, y entonces ¿sabes qué me da miedo? Que no esté enferma en realidad, que haya sido un mal diagnóstico, o que no me vaya a morir de eso, es absurdo, pero entonces llega un miedo inexplicable, porque mi deseo ya no es curarme, porque también lo que me ha dado en lo positivo lo perdería, sería una farsa, y me da miedo que esto que me ha removido el mundo no sea cierto, si de repente desapareciera o me curara de la noche a la mañana ¿habría tenido sentido por todo lo que he pasado? Tal vez sí, pero aún no llego a ese nivel de madurez, aún estoy tratando de encontrarle sentido a eso, pensando que esto que me pasa es un regalo divino y no una catástrofe.

lunes, 1 de octubre de 2018

Escrito en el agua. Paula Hawkins. (9.2018)

El final de los libros para mi es un ritual, cuando me gustan mucho y no puedo dejar de leer y voy viendo que me quedan menos hojas desacelero el paso ¿dónde lo quiero terminar? En le jardín boca abajo sobre una manta en un día soleado, en mi cuarto a solas, un café en la condesa, un parque público, si estoy viajando ¿en qué ciudad? Siento que se merecen un cierre así, según lo que me han dado me quiero despedir de ellos.
Mi plan para Escrito en el agua era en un café del aeropuerto de Hong Kong comiendo un café frío y un panqué tradicional del festival de otoño, en la ida del vuelo ya había salido de turista así que en esas 5 horas que tendría en la conexión solo tendría cita con mi libro, desde el vuelo anterior había dejado solo 50 hojas, las que siempre me reservo para el final, pero no pudo ser así y tuve que terminarlo recargada en una columna para protegerme de la gente y los carritos que pasaban todo el tiempo, dejé la back pack en mi representación en la cola del mostrador de American Airlines en la que nos dirían hasta cuando saldría el vuelo que en las pantallas solo aprecía con las terroríficas letras rojas: delay until  19 augost, y pues era 18 de agosto, no pintaba bien lo que sea que nos fueran así, definitivamente no lo fue, pero esa es otra historia, la de hoy es que aunque yo no le pude dar a mi libro el cierre que se merecía el si me dio un final con toda la adrenalina que me dio la chica del tren, Paula Hawkins es definitivamente una gran escritora.

Después de leer la chica en el tren compré su nuevo libro apenas salió, pero confieso que tenía algo de miedo por lo mismo que les comenté en la última reseña, y creo que con los thrillers es más común que pase esto de que cuentan la misma historia con personajes diferentes, pero Paula Hawkins me demostró que con ella no tendremos este problema, espero que nunca, porque la seguiré leyendo.
Este libro explora la fascinación por el suicidio, particularmente en mujeres. El personaje principal muere al principio de la historia, ella que estaba haciendo un libro sobre un lago donde muchos años antes ahogaban a las “brujas” y que hoy su acantilado causa una atracción inexplicable, y es en ese punto donde se desarrolla la trama, no puedo decir más.
Es sumamente confuso al principio, pero te recomiendo que no te detengas a entenderlo, ya cobrará sentido. Salta de una historia a otra, entre el pasado lejano y los suicidios actuales, a veces el personaje es intradiegético, esas confesiones son cortas y contundentes, pero lo que leemos es a los otros personajes, los que están alrededor de esa muerte, entendemos su dolor convertido en locura, o sus motivos convertidos en desolación.
A partir de tercera parte, la historia avanza rápido, se vuelve vertiginosa, a pesar de ser tantas mujeres, los personajes están muy bien construidos y puedes seguir leyendo sin importar siquiera como se llama el personaje.
El nudo es contundente, y el final sorpresivo. La historia es original, si bien la historia no te atrapa desde el principio por ser confusa, la premisa sí, una mujer obsesionada con los lugares en los que la gente se suicida, el bosque en Japón,       y para cuando ella aparece muerta la mayor suposición es que ella se sintió atraída por el agua.

***** 5 estrellas para mi querida Paula Hawkins, muchos más de estos libros.



viernes, 17 de agosto de 2018

Herejes. Leonardo Padura. (5.2018)


A veces pasa con algún muy buen libro que buscas algo más del autor y suena bastante parecido, y ya para el tercero es totalmente predecible, mismo guion solo cambia el escenario, con este autor te aseguro que no te pasará eso, inclusive cuando ya conoces a Mario Conde, inclusive cuando ya sabemos que una parte de la historia se desarrolla en la Habana, inclusive cuando puedes investigar la parte histórica de la narrativa; este autor te llevará por caminos de reflexión inesperados, definitivamente es un gran libro.

Me lo recomendó mi hermano, me dijo que se había vuelto uno de sus favoritos, obviamente me dio curiosidad, y para las coincidencias de la vida, resulta que mi mamá me lo había regalado en mi cumpleaños. La portada no te enloquece, es un cuadro en la sala de una casa, la sinopsis no te quiere vender la historia, así que me leí más de 10 libros antes de este. Pero una vez que empiezas no puedes parar.

Todo gira alrededor de esa pintura en la portada, un Rembrandt que fue llevado en un barco de Europa a Cuba como boleto de entrada a la isla, los padres y la hija venían ahí huyendo del holocausto, pero nadie de ellos se pudo bajar del Saint Luis, ahí se quedó su hijo junto con su tío viendo ese barco rodeado de drama, lágrimas y suicidios, caras que nunca volverían a ver, pero la pintura apareció en la isla, por lo que el hijo de ese niño que años después erradicó a E.U. busca a Conde para iniciar una investigación.

Si han leído a Padura sabrán que siempre trenza historias, lejanas y convergentes, así que el otro hilo de la historia es de la Europa en que se creó ese Rembrant, de aspecto judío y semejante a Jesucristo. Nos toma de la mano para enseñarnos una Europa violenta y con prejuicios, donde la religión dominaba las entrañas de todos.

Y la última madeja de la historia se desarrolla en la Cuba actual, en la que las tribus urbanas dominan el escenario. Empieza un poco desganada esta parte, Mario Conde nos comparte sus prejuicios sobre los que parecen ser jóvenes sosos y derrotados, pero de a poco te regresa al inicio de su premisa, la religión o la falta de ella nos llevan a actuar involuntariamente (¿será esa la palabra? ¿será que cedemos la voluntad?). Su lápiz nos enseña este profundo coraje que le tiene a la religión, y me parece que nos quiere demostrar que a lo largo de los años lo único que nos ha hecho es perder la identidad individual y llevarnos por un empedrado camino, que tal vez solo nos conduzca al apunto de origen, pero del cual no tenemos forma de librarnos aunque seamos herejes. 

Me parece una historia totalmente original, los personajes absolutamente verosímiles, y con cierre contundente, pero no es un libro fácil de leer. El libro es gordo y al principio no lo cargaba, pero a partir de que llegué a la tercera parte no lo pude soltar. Fue mi compañero en el transiberiano, y vaya que me hizo gran compañía, con tanto tiempo para leer y pensar no hubo mejor elección.

***** 5 estrellas

Aún con sus estrellas completas no es para todos, solo para los valientes que les gusten los libros grandes y las historias complejas, para los seguidores de Mario Conde y para los que quieran replantearse el porqué de las religiones.


lunes, 1 de enero de 2018

El extranjero. Albert Camus. 19.2017

El autor Albert Camus tuvo el premio novel de literatura en 1957, francés que al perder a su padre en la guerra se fue a vivir con su madre y abuela materna a Argelia, siendo de una familia humilde y potenciado por algunos maestros para continuar estudiando. Este libro transcurre ahí en Argelia.
Es un libro oscuro, corto y potente. La primer parte es un poco desconcertante, inicia con que la madre del autor muere y lo que él pasa en esta situación, y tras una serie de eventos parcos y sin mucho énfasis pasamos a la segunda parte, que es mucho más interesante, ya que se centra en un asesinato sin motivos aparentes, pero hay muchos más personajes interactuando lo que lo vuelve más atractivo, el personaje dice algo y observa la reacción de los demás, que casi siempre es desagradable; todo lo vemos a través de los ojos de  Mersault, nuestro personaje principal.
Me costó trabajo entender al personaje, es demasiado sombrío y taciturno. No sé qué opinen ustedes, pero a mi sí me parece la personalidad de un sociópata, poco a poco lo fui entendiendo.
Tengo la impresión de que los premios novel son difíciles de leer, muchas veces ni siquiera los he podido terminar, cuéntenme en su experiencia cómo les ha ido leyéndolos, este hecho me hacen sentir inculta, pero a veces se requiere de dos leídas para entenderlo. En este caso no me costó tanto trabajo el libro pero sí el personaje, aunque al final resultó muy buen libro.
*** 3  estrellas
No es sencillo aunque es corto. Sí es original, sí tiene nudo contundente, el autor logra que el personaje sea verosímil. No podría calificarlo como tema entretenido, ya que es algo espeso para leer.
Aunque no tiene todas las estrellas si lo recomiendo, es un clásico.

Nota: Después de mi club de lectura hubo muchas cosas adicionales que no vi en la reseña, gracias a mi letrada a miga Cristina entendí la perspectiva del existencialismo entre guerras y que su personalidad no era la de un sociópata  si no de una generación que vivió sufrimiento y desolación, quienes se cuestionaron la existencia de Dios en muchos sentidos y de las cuales se plantearon muchos actos “inmorales” que nos trajeron a esta etapa de la humanidad.