*** 3 estrellas
Es la segunda vez que leo
este libro, y la verdad no es porque sea de mis favoritos, lo que sí, es que a
pesar de ser del año 1350 aproximadamente es bastante entretenido. La primera
vez que lo leí fue impulsada por uno de mis personajes favoritos de Los reyes
malditos. ¿Se acuerdan del lombardo carismático? Pues en teoría el personaje
está basado en el padre de Giovanni Boccaccio. Esta segunda ocasión que lo leí
es porque en mi club de lectura yo propuse leer un clásico y alguien más
propuso este libro, lo cual me resulta interesante, lo lees más rápido y muchas
veces la segunda o tercer vuelta resulta más interesante.
¿Qué estrellas le faltan? La
de la innovación claro está que para esta época, pero no estoy suficientemente
documentada para asegurar que lo sea también para su época. Le falta también la
de la fluidez, esto también lo da la época, en la que se solía
ser muy descriptivo.
El libro habla de una
situación que pudo haber ocurrido debido a la peste bubónica que azotó
Florencia (y muchos otros lugares, pero el libro se desarrolla en esta ciudad),
y de cómo la sociedad se desintegró, dejó de hacer sus tradiciones mortuorias,
sus ritos, y los que sobrevivían se dedicaban a disfrutar la vida, olvidándose
del recato. Narra como un grupo de jóvenes se reúne lejos de la enfermedad, en
lugar que parece muy apacible y deciden contar historias todas las tardes. En
realidad el libro consta de 100 “cuentos” pero en el decameron solo vienen los
primeros 10. Cada uno tiene una historia y en general me parecen osadas y
divertidas.
Lo puedes leer en dos horas,
y tendrás un clásico divertido en tu historial.
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